Spot "Enginereed jeans"
El sentimiento de libertad prima en el intenso nuevo spot publicitario de Levi’s para promocionar su nueva línea de vaqueros “Enginereed jeans”. Para acompañar a este anuncio tan espectacular han optado por un clásico de Händel cargado de emoción, de sentimiento, elevando aún más la fuerza con que los dos personajes desafían las leyes de la física.
La agencia de publicidad Bartle Bogle Hegarty (BBH) es la responsable de este spot, y también es la que ha decidido pasar del indie rock usado en anteriores anuncios a un pasaje de Händel. Esta es una música que engrandece las emociones de los personajes, y gracias a esta que aparece con gran carga melódica es fácil de recordar, puesto que se queda anclada en la memoria.
La melodía acompaña perfectamente a la acción visual, incluso en el volumen de la música. La adrenalina desprendida por los telespectadores y los protagonistas del anuncio hay una perfecta armonía.
La canción comienza con fuerza, pero llega el momento en el que los protagonistas cruzan sus miradas, el momento en que deben decidir qué hacer y la música pasa a ser un segundo plano de una manera sublime, está presente pero no acapara toda la atención, simplemente acompaña a los personajes hasta que éstos se han decidido y se lanzan hacia su destino mientras el pasaje de Händel suena y envuelve todos los rincones de la casa de la casa de agujereadas paredes, envuelve todas las ramas, que tratan de impedir el paso a los jóvenes actores franceses, y las aparta de su camino. Llega el fin del árbol, comienza el cielo y la canción finaliza dando respiro a nuestros corazones.
La agencia de publicidad Bartle Bogle Hegarty (BBH) es la responsable de este spot, y también es la que ha decidido pasar del indie rock usado en anteriores anuncios a un pasaje de Händel. Esta es una música que engrandece las emociones de los personajes, y gracias a esta que aparece con gran carga melódica es fácil de recordar, puesto que se queda anclada en la memoria.
La melodía acompaña perfectamente a la acción visual, incluso en el volumen de la música. La adrenalina desprendida por los telespectadores y los protagonistas del anuncio hay una perfecta armonía.
La canción comienza con fuerza, pero llega el momento en el que los protagonistas cruzan sus miradas, el momento en que deben decidir qué hacer y la música pasa a ser un segundo plano de una manera sublime, está presente pero no acapara toda la atención, simplemente acompaña a los personajes hasta que éstos se han decidido y se lanzan hacia su destino mientras el pasaje de Händel suena y envuelve todos los rincones de la casa de la casa de agujereadas paredes, envuelve todas las ramas, que tratan de impedir el paso a los jóvenes actores franceses, y las aparta de su camino. Llega el fin del árbol, comienza el cielo y la canción finaliza dando respiro a nuestros corazones.
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